Juana I de Castilla

Nacida en Toledo el 6 de noviembre de 1479 y fallecida en Tordesillas el 12 de abril de 1555, fue la tercera hija de los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, como hija de estos fue nombrada en honor al santo patrón de su familia, rasgo que comparte con su hermano mayor Juan; de niña tuvo muy poca exposición pública, además durante este tiempo en la corte castellano-aragonesa se dio la Reconquista Católica y el descubrimiento de América. Por azares del destino, Doña Juana terminó siendo reina de Castilla, Aragón, Navarra, Nápoles y demás territorios de sus padres; desde el reinado de sus padres se puede hablar de España, sin embargo, fue Juana, en teoría, la primera reina de España.

Juana fue una niña que recibió instrucción en el dominio de las costumbres cortesanas, urbanidad, religión, las lenguas romances y en las artes, sobre todo la música y la danza; por cuidadosa instrucción de su madre: fue educada para seguir órdenes y no liderar; por tanto podemos concluir que Juana fue criada para ser una infanta de España y no una reina.

Dentro del juego político que jugaron sus padres para aislar a Francia dentro del continente, Juana era una pieza que cementaba la alianza española con el Sacro Imperio Romano Germánico, por eso ella y su hermano se casaron dentro de la casa de los Habsburgo, otro rasgo que comparte con este. En 1496, Juana partió de tierras españolas para reunirse con su prometido en Flandes y el 20 de octubre contrajo matrimonio con Felipe de Habsburgo, archiduque de Austria; las crónicas de la época cuentan como los jóvenes pidieron ser casado el mismo día de su encuentro pues su pasión era tan grande que no podían esperar un día más.

La vida en Flandes le vino muy bien a Juana, pues esta animosa, colorida y relajada corte contrastaba bastante con la lúgubre, estricta y religiosa corte de sus padres; fue bastante feliz durante sus primeros meses en su nuevo hogar, pero pronto la felicidad del joven matrimonio se marchitaría destilando una esencia bastante agridulce ya que Felipe se desencantaría rápido de su enamorada y dedicada esposa y empezaría, otra vez, a tener amantes, lo cual pondría de los nervios a la celosa mujer que creció para ser una esposa.

Grandes discusiones no se hicieron esperar dentro la pareja, estas eran seguidas de reconciliaciones pasionales en las que Juana creía que todo volvía a como era en el principio y Felipe alimentaba sus pasiones por un rato; estas reconciliaciones pasionales dieron lugar a varios hijos. La pareja tuvo seis hijos:

  • Leonor, en honor a la abuela paterna de Felipe, nacida el 15 de noviembre de 1498 y fallecida el 18 de febrero de 1558. En primeras nupcias de casó con Manuel I de Portugal y en segundas nupcias con Francisco I de Francia, fue reina consorte de ambos países.
  • Carlos, en honor al abuelo materno de Felipe, nacido el 24 de febrero de 1500 y fallecido el 21 de septiembre de 1558. Heredó todos los territorios de sus padres y se convirtió en el emperador Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano; se casó con Isabel de Portugal.
  • Isabel, en honor a la madre de Juana, nacida el 18 de julio de 1501 y fallecida 19 de enero de 1526. Fue reina de Dinamarca, Suecia y Noruega por su matrimonio con el rey Cristián II, archiduquesa de Austria e infanta de Castilla.
  • Fernando, en honor al padre de Juana, nacido el 10 de marzo de 1503 y fallecido el 27 de julio de 1564. Fue archiduque de Austria, infante de España y por medio de su esposa, Ana Jagellón de Hungría y Bohemia, se volvió rey de estos territorios y luego de que su hermano Carlos abdicara en 1558 fue Emperador del Sacro Imperio Romano.
  • María, en honor la madre de Felipe, nacida el 15 de septiembre de 1505 y fallecida el 18 de octubre de 1558. Fue reina de Hungría durante solo cuatro años al casarse con Luis II de Hungría.
  • Catalina, en honor a la hermana menor de Juana, nacida el 14 de enero de 1507 y fallecida el 12 de enero de 1578. Se casó con Juan III de Portugal convirtiéndose en su reina consorte.

Cuando partió a Flandes, Juana creyó que nunca volvería a pisar tierras españolas, pero el destino tenía algo muy distinto planeado para ella. El heredero de las coronas de sus padres: su hermano Juan, murió en 1497, haría que las coronas pasaran a su hermana mayor, Isabel, y con ella a su hijo, Miguel de Paz, pero ambos morirían también en 1498 y 1500 respectivamente; volviendo a Juana en la heredera de los Reyes Católicos.

Cuando esto sucedió, los reyes mandaron a traer a su hija y a su marido de la corte flamenco-borgoñesa a Castilla y lo que pareció la mejor medida para el momento resultó en una gran cruz cuyas consecuencias sufriría Juana hasta el final de sus días. Fernando y Felipe no se llevaron bien debido a la creciente sed de poder del Felipe, el archiduque no se adaptó bien a los modos castellanos lo cual hizo que la relación entre este y su esposa se enfriara y oxidara más, incrementando en intensidad y duración los ciclos de peleas, aislamiento uno del otro y reconciliaciones pasionales.

Pronto el archiduque tuvo que partir de tierras españolas para atender asuntos en Flandes, donde aguardaban sus tres hijos mayores, y, aunque Juana rogo ir con él, la Reina le impidió que partiera con su marido alegando que no sería conveniente considerando su avanzado estado de embarazo. Una vez Fernando nació, Juana volvió a rogar partir con su marido pues creía que su lugar estaba con él y otra vez su madre lo impidió, pero esta vez Juana estaba decida a conseguir su deseo de reunirse con su marido, por tanto, sumida en un gran tristeza, se sometió a diversas tácticas en las que ponía su integridad física en juego con el fin de demostrarle a su madre que no se daría por vencida y luego de un año separados, Juana por fin partió a Flandes en 1504.

Aunque Juana y Felipe habían sido proclamados príncipes de Asturias, los problemas de sucesión siguieron hasta cultivándose por mucho tiempo más y a la muerte de Isabel en 1504, la distante relación entre madre e hija y la actitud poco centrada de Juana hizo que se lanzara sobre la mesa la pregunta ¿debería reinar Juana? Debido a esto, en 1505 se estableció un gobierno en conjunto entre Juana, su marido y su padre, quien administraba los territorios de Castilla en ausencia de esta, por medio de la concordia de Salamanca.

La nueva Reina estaba desesperada por volver a su tierra, pero tuvo que esperar hasta después del nacimiento de su hija María para poder encaminarse hacia Castilla en 1506, a pesar de que se tardaron más de lo planeado, los reyes llegaron a La Coruña donde ganaron el favor de la mayoría de los nobles de Castilla y consiguieron que, en el mes de junio, Fernando firmara el tratado de Villafafila en donde recluía al anciano rey a Aragón, haciendo que Felipe se proclamara Felipe I de Castilla.

El reinado no le duró mucho al archiduque puesto que el 25 de septiembre de 1505 murió Felipe “el hermoso”, quién fue embalsamado y enterrado en Burgos, donde era la corte de los jóvenes reyes; las razones de su muerte siguen siendo causa de gran debate puesto que muchos creen que fue envenenado por su suegro, Fernando el Católico, pero dicha teoría no se ha confirmado todavía. La muerte de este sumió en una gran depresión a Juana, quien llevaba dentro de sí a su última hija, Catalina. Luego de la muerte hubo un largo viaje, intencionado hacia Granda, para enterrar los restos del Rey en el mismo lugar donde reposaban los de Isabel la católica, menos su corazón el cual fue enviado de vuelta a Bruselas; este viaje se hizo de noche para entonar con el luto que llevaba la reina quien vestía siempre de negro en ese entones.

A partir de este momento la reina Juana canceló ciertos favores que su esposo había concedido y trató de instaurar de vuelta el Consejo Real, de modo como estaba en tiempos de su madre; al mismo tiempo hubo una cuestión de regencia dirigida por el cardenal Cisneros en la que se mencionaron muchos nombres, se trató el tema de la regencia en nombre de Carlos y de la posibilidad de traer de vuelta al rey católico en vista de la minoría de edad de su nieto, aunque hubo varios nobles que favorecieron la posibilidad de poner en el trono castellano al segundo hijo de la Reina ya que este niño, a diferencia de su hermano, si era considerado un infante español: nació en Castilla, fue criado en ella y hablaba español.

El cardenal Cisneros fue un gran entusiasta de traer de vuelta al anciano Rey, por lo cual va se reúne con él en 1506 para estudiar la situación que se estaba desarrollando en Castilla con respecto a la deprimida reina Juana; al año siguiente, luego de diversas tensiones entre padre e hija estos se reunieron y el Rey volvió a asumir el gobierno de ambos reinos. En 1509, el cuerpo de Felipe no había sido vuelto a enterrar por lo cual Juana viajaba a todos lados con él, en símbolo de que todavía no estaba lista para casarse de nuevo; Fernando que veía las garras extranjeras del rey Enrique VII y del Emperador Maximiliano  queriendo acercarse al trono de Castilla por medio de Juana, además de su poca habilidad y estado mental le sugirió a su hija que se recluyera en la fortaleza de Tordesillas con la pequeña Catalina, desde donde podría visitar el cuerpo de su marido cuando quisiese, todo esto terminaría ratificando a Fernando como regente en 1510.

Juana en Tordesillas

Luego de la muerte de su padre, en 1516, la regencia de los reinos de Juana la llevaron el Cardenal Cisneros, por Castilla, y el arzobispo de Zaragoza, por Aragón; pero para este punto la reina de 37 años de edad se encontraba separada de su familia, salvo su hija Catalina, y emocionalmente aislada; desde este momento Juana fue reina de ambos territorios, pero no ejerció el poder sobre ninguno pues a la muerte de su padre, su hijo, Carlos, se proclamó rey de todos estos territorios.

Alfonzo de Aragón.
Cardenal Cisneros.

A la llegada del nuevo rey en 1517, madre e hijo se reunieron en Tordesillas acompañados de sus hermanas Leonor y Catalina, al acabar la reunión, preocupados por la influencia de su madre y las condiciones en las que vivía la pequeña Catalina, Carlos mandó a traer con él a la niña, pero pronto tuvo que regresarla ya que la reina estaba inconsolable.

El único momento en que Juana pareció volver a tener un papel en la palestra política fue en 1520 cuando el movimiento comunero se reveló contra el gobierno de Adriano de Utrech; los comuneros entraron en Tordesillas y se negaron a irse hasta que se pudiesen entrevistar con la reina Juana. Tras este primer encuentro Juana se enteró de todo lo que había estado ocurriendo con sus reinos desde su encierro en 1509; en ella los comuneros buscaban un respaldo para su movimiento, por esto buscaban demostrar el falaz carácter de la locura de la reina y durante todo este tiempo las acciones de esta parecía dar peso sobre esta idea: se manejaba con gran soltura dentro y fuera de la fortaleza de Tordesillas por sí misma, dirigía a los comuneros, a sus sirvientes y demás personas que la frecuentaban con gran lucidez y elocuencia, pero cuando estos se le pidieron que pasara esas acciones al papel para legitimar el levantamiento ella se negó pues no quería hacer nada que pusiese en peligro el gobierno de su hijo. Algunos meses luego de que Tordesillas se hubiera vuelto el centro de operaciones de los comuneros, el ejército real entró e hizo reestablecer el viejo orden. 

Adriano de Utrech.

En Tordesillas, la reina y su hija tuvieron varios carceleros, los cuales propinaron diversos niveles de control y tortura sobre ambas, unos fueron bastantes buenos: dejando a Juana salir de paseos y a cabalgar, con un ambiente en casa más relajado; pero sin duda los peores fueron los marqueses de Denia, quienes estuvieron a cargo de ella hasta el día de su muerte. Bajo la tutela de este se le negó el acceso a la información del exterior a la reina, se le ocultó la noticia de las muertes de Fernando el Católico y de Maximiliano I (de las cuales se enteró durante la rebelión de los comuneros), separaron a madre e hija en 1525 para que partiera a casarse, se ignoraron las quejas de la reina en las que acusaba a sus criados de robarle sus joyas, se quemaron muchas de sus cartas, se manejó de manera discreta el entierro de Felipe el Hermoso en Granada sin decirle a Juana, bajo las órdenes del rey Carlos I la obligaban a asistir a misa y confesarse, pudiendo aplicar torturas si esta se resistiera; pero una de las pocas luces en su encierro fueron las visitas que su nieto Felipe le hacía de vez en cuando.

Luego de la partida de Catalina, la reina fue empeorando poco a poco hasta perder la movilidad de las piernas y sufrir de una depresión permanente; de este modo el 12 de abril de 1555 murió la primera reina de España habiéndose negado a confesarse y a la extremaunción. Sus restos reposan en la Capilla Real de Granada junto a los de su esposo y los de sus padres.

Sepulcro de Juana y Felipe.

Mucho se ha dicho sobre la salud mental de la Reina a lo largo de los años, sobre si estaba psicológicamente indispuesta o no, capaz nunca lo sabremos, pero lo que si podremos decir hoy es que Juana fue parte de una cadena de relaciones de codependencia entre madres e hijas; este fue el caso de Isabel de Portugal con Isabel la Católica, de esta con Juana I de Castilla y de ella con Catalina. Se sabe que luego de la muerte del rey Juan II de Castilla su mujer, Isabel, se fue sumiendo en una depresión muy grave a cuyo único consuelo y distracción eran sus hijos Isabel y Alfonso; ya sabemos lo exigente y abrumadora que era Isabel con sus hijas y la importancia que tuvo Catalina en el encierro de su madre, todo esto marca un patrón que se repite generación tras generación en la que la madre representa en mayor o menor grado el arquetipo de la madre Deméter, quien está dispuesta a llegar hasta la última instancia para lograr sentirse realizada a través de los logros de sus hijos, y al hija Perséfone quien luego de una relación abrumadora con su madre se vuelve una mujer sumisa y dependiente de la aprobación de su madre u otras figuras de poner en su vida. Pero mientras dejamos que los historiadores hagan su trabajo, podemos estar seguros que “loca” o no, Juana ha sido una de las figuras más influyentes en la historia.

Varios videos sobre la vida:

Bibliografía

Álvarez, M. F. (2020). Real Academia de la Hitoria . Obtenido de Juana I: http://dbe.rah.es/biografias/13515/juana-i

Fernández, L. S. (s.f.). Real Academia de la Historia. Obtenido de Los Reyes Católicos: https://www.rah.es/reyes-catolicos/

Redworth, G. (09 de abril de 2020). Historia National Geographic. Obtenido de La historia de Juana la Loca: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/juana-loca-victima-conspiracion_9525

Turismo de Tordesillas . (s.f.). Obtenido de Juana I de Castilla – Personajes históricos: http://www.tordesillas.net/descubre-tordesillas/historia/personajes-historicos/-/asset_publisher/eF65c2HI6pXY/content/juana-i-de-castilla/23202

Vesci, L. (s.f.). Añil Danza Oriental . Obtenido de La danza de la Diosa IV. Arquetipos femeninos de Deméter y Perséfone: https://www.anildanza.com/arquetipos-femeninos-demeter-persefone/

Por María Gutiérrez, c.i. 26.599.828.

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